Consiste en un parque natural, uniendo la idea de un cementerio para mascotas, donde las personas que pierdan a su mascota la puedan enterrar. Luego, podrán elegir un árbol nativo que se plantará sobre la mascota fallecida, junto al cual se instalará una placa de madera donde se indique el nombre de la mascota, los dueños, unas breves palabras hacia la mascota (características, legado, recuerdos), e información sobre el árbol nativo que se plantará.Mi idea sería ubicar este parque-cementerio en el sector de la precordillera, que tiene severos problemas de deforestación. Además, establecer un sistema de copago (aporte razonable de los privados y aporte público), a fin de favorecer la autosustentabilidad financiera del parque en el mediano y largo plazo.Generando desde la pérdida un parque en memoria de nuestros compañeros, quienes seguirán entregando vida a este pulmón verde de la capital. De esta manera, desde la pérdida tomaremos consciencia del ciclo de la vida y su trascendencia.